La tragedia inició a 60 km de Belo Horizonte, cuando la represa se rompió y sepultó parte de las instalaciones del complejo Córrego do Feijão, perteneciente a Vale, una empresa gigante del sector minero en Brasil.
Un dique de contención de residuos de la minera Vale se rompió y desencadenó un torrente de agua y lodo potencialmente tóxico sobre Brumadinho, la región ubicada en el estado de Minas Gerais.
Al principio se hablaba de 200 desaparecidos y siete víctimas mortales. El gobernador de Minas Gerais admitió que era difícil encontrar a los desaparecidos con vida y que la cifra de muertos podía aumentar con el paso de las horas. Las autoridades de ese estado de Brasil comunicaron que habían recuperado siete cadáveres. Asimismo, el primer reporte de los bomberos rescatistas es que habían casi dos centenas de personas afectadas.
Por su parte, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró que ya se está coordinando la asistencia de socorro y el despliegue técnico tras la ruptura de la represa en Brumadinho.
“Gobierno Federal publicó el decreto que establecía el Consejo Ministerial para la supervisión de las respuestas de desastre coordinadas por el Ministro de la casa civil”, explicó el presidente de Brasil. “El objetivo es monitorear y supervisar las actividades que se desarrollarán como resultado del desastre y vigilar las acciones de socorro, asistencia, restablecimiento de los servicios esenciales afectados, recuperación de los ecosistemas y reconstrucción”, escribió Jair Bolsonaro.