VÍDEO: A ritmo de rap guaraní indígenas de Brasil luchan por sus tierras
Un grupo compuesto por tres jóvenes denuncia a través de sus rimas los problemas a los que se enfrentan los pueblos originarios.
“Los niños quieren crecer, los jóvenes quieren vivir y nuestra naturaleza está muriendo, ¿por qué?”. Con rimas en guaraní y portugués, tres jóvenes raperos denuncian los problemas de los pueblos indígenas en Brasil.
El rap es un grito de guerra para reivindicar su lengua y su cultura. Son Oz Guarani, un grupo indígena de la aldea de Tekoá Pyau, dentro de la reserva del Jaraguá, situada a 20 kilómetros de la ciudad brasileña de Sao Paulo.
Jefersom, de 19 años, conocido como ‘Xondaro’ (guerrero), Gizeli Para, de 18, y Mano Glowers, de 22, son los integrantes de esta banda con la que los niños de su aldea ya se identifican.
Un grupo compuesto por tres jóvenes denuncia a través de sus rimas los problemas a los que se enfrentan los pueblos originarios.
“Los niños quieren crecer, los jóvenes quieren vivir y nuestra naturaleza está muriendo, ¿por qué?”. Con rimas en guaraní y portugués, tres jóvenes raperos denuncian los problemas de los pueblos indígenas en Brasil.
El rap es un grito de guerra para reivindicar su lengua y su cultura. Son Oz Guarani, un grupo indígena de la aldea de Tekoá Pyau, dentro de la reserva del Jaraguá, situada a 20 kilómetros de la ciudad brasileña de Sao Paulo.
Jefersom, de 19 años, conocido como ‘Xondaro’ (guerrero), Gizeli Para, de 18, y Mano Glowers, de 22, son los integrantes de esta banda con la que los niños de su aldea ya se identifican.
“En la ciudad corre la sangre de nuestro pueblo asesinado/ Europa se enriqueció de ese oro saqueado”, denuncian en su tema ‘Contra Pec215’. La canción hace referencia a una polémica Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) con la que se pretende transferir del Ejecutivo al Congreso Nacional las competencias exclusivas sobre la demarcación de tierras.
“Al principio sufrimos por los prejuicios. Nuestros parientes tenían miedo de que olvidásemos nuestra lengua y cultura, pero con el tiempo demostramos que el rap es una forma de fortalecerlas”, recuerda Jefersom sobre los primeros comienzos del grupo en 2014, durante un conflicto por la demarcación de tierras.
En 2015, la reserva de Jaraguá fue delimitada en 532 hectáreas, pero después, en 2017, el entonces presidente Michel Temer anuló el decreto porque consideró “un error administrativo en el procedimiento” la decisión anterior.
Hoy viven unas 1.000 personas –130 familias y 400 niños– limitadas en 1,3 hectáreas sobre las 532 no demarcadas. “Somos una población muy grande viviendo en un área muy pequeña del tamaño de tres campos de fútbol”, subraya el rapero.
“La tierra para sobrevivir”
“Sin guerra y sin lucha queremos vivir/ Es tan difícil comenzar a entender/ Queremos la tierra para sobrevivir/ La cultura y las costumbres queremos mantener”, cantan en ‘Conflictos del pasado’, el tema con el que comenzaron su carrera musical.
Poco a poco, el grupo –siempre en contacto con otros raperos indígenas del país como Bro Mc’s, situados en la región de Mato Grosso do Sul– ha conseguido hacerse un hueco fuera y dentro de su aldea. Ofrecen conciertos por todo el país y la prensa se ha hecho eco de ellos en varias ocasiones. “El rap da visibilidad a nuestra lucha, a nuestra resistencia y ha abierto las puertas a las generaciones que vienen por detrás”, explica el joven, a quien le gusta disfrutar de su tiempo libre en compañía de Talya, su hija de dos años.
El rap es su principal motor de protesta, pero en la aldea también acostumbran a organizar debates y actividades con el resto de jóvenes. “La lucha es muy constante”, comenta Jefersom, que ha trabajado como agente cultural y ahora hace un curso de medicina indígena.
Problemas en la aldea
Uno de los problemas que más incomodan a los habitantes de Tekoá Pyau es el de los animales abandonados. Cerca de esta comunidad se encuentra una carretera nacional. Muchos perros y gatos son abandonados allí y terminan por entrar en la comunidad en busca de abrigo. Otra cuestión es el saneamiento básico. “Muchas veces un padre o una madre quiere hacer, por ejemplo, comida para sus hijos y no tiene agua”, lamenta.
Pero el asunto prioritario para ellos, y para el resto de pueblos indígenas [en Brasil existen alrededor de 305 tribus con un total de 900.000 personas, lo que equivale al 0,4 % de la población brasileña, según la ONG Survival], es la demarcación de tierras.
El rapero cuenta que los indígenas tienen mucha fe en todo. “Agradecemos despertarnos por la mañana, dormir por la noche y los alimentos que comemos. Cuando salimos de la aldea queremos mostrar nuestra cara, nuestra lucha, nuestra resistencia”, sentencia.
Nuevo Gobierno
El nuevo presidente del Brasil, Jair Bolsonaro, estrenó su mandato con un fuerte golpe a los pueblos indígenas y con unas políticas contrarias a la demarcación de tierras. Una de las primeras medidas que tomó tras asumir el cargo fue traspasar al Ministerio de Agricultura la Fundación Nacional del Indio (Funai), encargada hasta entonces de la demarcación de tierras indígenas y políticas dirigidas a esos pueblos.
“Sabemos que el presidente no está a favor de los pueblos originarios, pero nuestra conciencia está tranquila. No es el primero contra nosotros. Ya nos hemos enfrentado a otros presidentes con pensamientos negativos hacia nuestra causa”, comenta.
Jefersom tiene la ideas claras. “Vemos nuestros bosques deforestados, nuestros ríos contaminados, pero pase el tiempo que pase, los indígenas lucharán por la demarcación de tierras. Puedo vivir en la ciudad, pero nunca dejaré de ser indígena”.
Marta Miera (RT)